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15/09/2021

A pesar de los beneficios de las grandes farmacéuticas gracias a la vacuna de la COVID-19 los impuestos que pagan son bajos

  • Moderna, BioNTech y Pfizer están generando grandes ganancias gracias al monopolio de las vacunas, desarrolladas con apoyo público, pero dejan a millones de personas desprotegidas
  • Es hora de que la reforma del sistema fiscal impulsada por G20 y la OCDE incluya una tributación mínima de grandes empresas que se acerque al 25%

 

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Moderna, BioNTech y Pfizer están obteniendo grandes y desorbitados beneficios debido a su monopolio de las vacunas contra la COVID-19 con tecnología ARNm, con márgenes de beneficios en el caso de Moderna o BioNTech entorno al 69% señala la Alianza People's Vaccine.

 

 

Tan sólo en los seis primeros meses de este año, entre las tres corporaciones han obtenido 26 mil millones de dólares de beneficios, de los que dos tercios son beneficios netos para Moderna y BioNTech. Según los datos financieros del segundo trimestre publicados recientemente por las propias empresas, la Alianza estima que Moderna ha facturado más de 6 mil millones de dólares en ingresos hasta ahora, de los que 4,3 mil millones de dólares serían beneficios netos, es decir un margen del 69% por la comercialización de las vacunas. Moderna espera lograr que sus ventas totales de vacunas sean de 20 mil millones de dólares a finales de 2021.

 

 

No sólo han logrado volúmenes de facturación muy elevados, si no que desde la Alianza se ha podido detectar que al menos Moderna y Pfizer además pagan muy pocos impuestos; Moderna pagó un tipo efectivo a nivel global en el impuesto de sociedades del 7% y Pfizer del 15% muy por debajo del tipo nominal establecido en la mayoría de países en los que se localiza su negocio real, como es el caso de Estados Unidos donde el tipo nominal del IS es del 21%. Que estas grandes empresas, tan rentables, puedan llegar a pagar tan poco es un claro reflejo de un sistema disfuncional que descarga el esfuerzo de sostener el gasto público sobre las familias trabajadoras, que acaban aportando proporcionalmente mucho más.

 

 

Dado que Moderna y BioNTech no comercializan otros productos importantes además de las vacunas COVID-19, sus márgenes de beneficio total resultan casi exclusivamente de éstas. En el caso de Pfizer que no es una empresa de nueva creación y tiene una amplia cartera de productos, pero la vacuna para el coronavirus también ha sido llamativamente beneficiosa para esta compañía que ya ha facturado más de 11 mil millones de dólares en el primer semestre de este año debido a la comercialización de las vacunas, un tercio de su volumen total de facturación. Pfizer estima que podrá llegar a facturar a fin de año 33.5 mil millones de dólares en ventas totales de vacunas, lo que convierte a su vacuna en uno de los productos farmacéuticos más vendidos este ejercicio y potencialmente en la historia de la industria farmacéutica. Pfizer ha declarado que sus márgenes de beneficio sobre las vacunas son inferiores al 30%, pero como la compañía proporciona información financiera solo por los ingresos de las vacunas, y no reporta los gastos, no es posible verificar de forma independiente sus márgenes de beneficio. En cualquier caso, Pfizer tan sólo ha destinado el 0,5% de sus dosis de vacuna a los países más pobres.

 

 

Según la Alianza, las tres empresas están aplicando precios muy por encima del valor de coste, lo que les está permitiendo márgenes de beneficios muy elevados. No hay que olvidar que el desarrollo de estas vacunas ha sido posible gracias a más de 100 millones de dólares de fondos públicos de Estados Unidos o Alemania entre otros países.

 

 

Incluso cuando en muchos países de todo el planeta vemos cómo siguen aumentando los casos y las muertes por COVID, Pfizer / BioNTech y Moderna venden más del 90% de sus vacunas a países ricos, con precios hasta 24 veces el coste teórico de producción, según el análisis que ha realizado la Alianza basado en el trabajo de científicos especializados en ARNm del Imperial College. Este análisis indica que estas vacunas podrían fabricarse por tan solo 1,20 dólares por dosis.

 

 

"El modelo de negocio de estas grandes farmacéuticas —recibir miles de millones en fondos públicos, cobrar precios exorbitantes por medicamentos y pagar pocos impuestos— es una mina de oro para sus grandes inversores, así como para los responsables de estas grandes corporaciones, pero devastador para la salud pública mundial", señala Susana Ruiz, responsable de Justicia Fiscal de Oxfam Intermón. “En lugar de trabajar conjuntamente con gobiernos y otros fabricantes calificados para asegurar de que tengamos suficientes dosis de vacunas para todas las personas, estas compañías farmacéuticas priorizan sus propias ganancias protegiendo sus monopolios y vendiendo la vacuna al mejor postor. Es urgente anteponer las personas a las ganancias”.

 

 

“Esta manera de actuar es solo un reflejo de un sistema fiscal internacional injusto y plagado de disfunciones que permite que algunas grandes empresas paguen mucho menos de lo que les corresponde. Las grandes farmacéuticas no son las únicas, no ha hecho más que acelerar este proceso, siendo aún mayor el impacto para países en desarrollo. Es hora de que el acuerdo que está a punto de concluirse en el G20 liderado por la OCDE incluya una tributación mínima de grandes empresas que se acerque al 25% -o al menos no por debajo del 21% como el Presidente Biden está planteando para los Estados Unidos-”. asevera Ruiz. En el caso de España, de cara a los Presupuestos Generales el Estado de 2022 esto significa también incorporar desde ahora una mayor ambición en la reforma del Impuesto de Sociedades, uno de los grandes agujeros fiscales de nuestros países, que también genera una gran desigualdad con lo que pagan los negocios tradicionales y las pymes.

 

 

“Más de 200 millones de personas han sido contagiadas durante esta pandemia, más de 4,5 millones de personas han muerto pero al menos nueve nuevos milmillonarios han surgido en el mundo desde el principio de la pandemia”, dijo Dinah Fuentesfina, directora de campañas de ActionAid International. “Este es verdaderamente el virus de la desigualdad. Creamos multimillonarios gracias a estas vacunas, pero no logramos vacunar a miles de millones de personas que lo necesitan desesperadamente. Estas vacunas que salvan vidas deben ser considerados bienes públicos globales".

 

 

“El acaparamiento de vacunas por parte de los países ricos y la especulación de las grandes compañías farmacéuticas cuando a millones de personas en todo el mundo se les niega la protección no solo son moralmente incorrectas, sino también miopes y peligrosas”, señala Ruiz. “Como demuestra claramente la variante Delta, si el coronavirus no se controla en otras partes del mundo, una mutación puede provocar una transmisión generalizada del virus y una enfermedad grave o la muerte entre quienes no están vacunados. Las variantes futuras podrían enviarnos de vuelta al punto de partida. Para tener realmente este virus bajo control, debemos acabar con los monopolios de vacunas, compartir las fórmulas, aumentar la producción en todo el mundo y vacunar a la mayor cantidad de personas lo más rápido posible.

 

Es probable que pronto comience la administración de dosis de refuerzo adicionales en países ricos como los EEUU, Reino Unido y otros países incluida España, mientras que los países pobres languidecen esperando que se inyecten las primeras dosis. Esto solo aumenta aún más el riesgo de variantes resistentes a las vacunas.

 

 

"Los países ricos comprando más dosis para dar terceras inyecciones a sus residentes, mientras que la mayoría de los países luchan por proporcionar las primeras dosis a sus médicos y enfermeras”, dijo Maaza Seyoum de la Alianza Africana y la Alianza People's Vaccine en África. "Este status quo desigual está provocando muertes innecesarias en todo el mundo y produciendo nuevas variantes que amenazan la salud pública en todas partes, todo para engordar las billeteras de los ejecutivos de las grandes farmacéuticas y los inversores corporativos".

 

 

Notas para la edición: 

La Alianza People’s Vaccine es una coalición de más de 75 organizaciones unidas bajo el objetivo común de hacer campaña por una "vacuna universal" para la COVID-19.

 

Los ingresos, las ganancias y la información fiscal de la empresa se obtienen de los estados financieros de la empresa a disposición del público, como las presentaciones a la Comisión de Bolsa y Valores. Por contexto, el margen de beneficio prepandémico en toda la lista Fortune 500 fue del 8 por ciento.

 

Para obtener información adicional sobre las estimaciones de precios, consulte la nota informativa de People’s Vaccine Alliance The Great Vaccine Robbery.

 

En vísperas de la Asamblea General de las Naciones Unidas así como de la cumbre COVID organizada por el presidente Biden, la sociedad civil se está movilizando en todo el mundo, -desde EEUU, Reino Unido, Brasil, Alemania, Sudáfrica o India,- para exigir la liberalización de las vacunas y compartir sus fórmulas de manera urgente para salvar las vidas de miles de millones de personas. A estas reclamaciones se han unido ya más de 140 personas distinguidas y el Premios Nobel y ex jefes de Estado , incluidos François Hollande, Helen Clarke y Gordon Brown, que han escrito una carta abierta a los candidatos alemanes antes de las elecciones generales del 26 de septiembre pidiéndoles que reviertan la oposición alemana a la renuncia de patentes y respalden la transferencia inmediata de tecnología de vacunas a los fabricantes de los países en desarrollo.

 

La carta abierta de ex jefes de estado y premios Nobel a los candidatos alemanes está disponible en inglés y alemán.

JESSICA ROMERO

Periodista - Departamento de Comunicación