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27/09/2022

La financiación climática para África occidental es insuficiente Y agrava peligrosamente los niveles de deuda

  • Entre marzo y mayo de 2022, se produjo un aumento del 154 % en el número de personas que padecen inseguridad alimentaria en comparación con la media de los últimos cinco años.
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La financiación climática para África occidental es insuficiente agrava peligrosamente los niveles de deuda

Hasta el momento, los países ricos y los donantes multilaterales tan solo han provisto el 7 % de los 198.880 millones de dólares que se estima necesitan los países de África occidental con los que hacer frente a la crisis climática y lograr un desarrollo sostenible en 2030.

El nuevo informe de Oxfam Intermón , Climate Finance in West Africa, (Financiación climática en África occidental, en su traducción al español), revela que el 62 % de los 13.900 millones de dólares que los donantes declaran haber movilizado entre 2013 y 2019 se ha provisto en forma de préstamos, y por lo tanto deberán ser devueltos – muchos de ellos con intereses–, agravando, la crisis de deuda en la que se encuentran ya la mayoría de los países del oeste de África.

La financiación climática es una cuestión muy controvertida que, una vez más, hace peligrar los resultados de las importantes negociaciones sobre el clima de la Convención Marco de las Naciones Unidads sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que tendrán lugar en Egipto el próximo mes de noviembre. Oxfam Intermón y cientos de organizaciones de la sociedad civil africanas han manifestado su preocupación ante la posibilidad de que los países africanos lleguen a la cumbre con escasa confianza en que los donantes cumplan con sus repetidas promesas de movilizar 100.000 millones de dólares al año para combatir los efectos del cambio climático en países en desarrollo (un objetivo que no se logró alcanzar en 2020 a falta de 16.700 millones de dólares).

Estas organizaciones hacen un llamamiento a los países ricos, responsables históricos del cambio climático, a que asuman su responsabilidad y contribuyan de forma justa a ayudar a la región a hacer frente a las cada vez más graves crisis climáticas que azotan al continente africano.

El informe advierte de que los países ricos utilizan cada vez más los préstamos como instrumento para ayudar a los países de África occidental a afrontar los efectos del cambio climático. Estos se incrementaron un 610 % entre 2013 y 2019, de los 243 a los 1.740 millones de dólares. Por el contrario, las subvenciones tan solo se han incrementado en un 79 %. Entre los donantes que más han utilizado los préstamos a la hora de proporcionar financiación climática se encuentran el Banco Mundial (94 %), Francia (94 %), Japón (84 %), el Banco Africano de Desarrollo (73 %) y el Banco Europeo de Inversiones (79 %).

"En un momento en el que África occidental se encuentra inmersa en múltiples crisis (de hambre, seguridad y climáticas), estos flujos financieros son sumamente inadecuados y, para nada, lo que se prometió. Ahora, muchos son préstamos que, de hecho, socavan la capacidad de los países para salir adelante. La mayoría se están viendo sumidos en una espiral de deuda y pobreza, contraria al espíritu de la justicia climática. Las consecuencias son desastrosas para millones de personas que están pagando un alto precio por los efectos de un cambio climático del que no son responsables", afirma Norman Martin, responsable de Resiliencia Climática e Oxfam Intermón y coautor del informe.

Las consecuencias en materia de deuda, así como en la capacidad de los países para proporcionar servicios básicos a personas afectadas por múltiples crisis, son graves. Por ejemplo:

Aunque Níger (el 7º país más vulnerable ante el cambio climático del mundo), Mali (el 13º) y Burkina Faso (el 24º) están en riesgo de sobreendeudamiento, han recibido una importante parte de los fondos de financiación climática en forma de préstamos y, por tanto, incrementando su deuda: un 51 %, un 43 %, y un 41 % de los fondos, respectivamente. Actualmente, el FMI ya está obligando a estos países a aplicar nuevas medidas de austeridad, que están planeando recortes presupuestarios que, en conjunto, ascenderán a los 7200 millones de dólares para el año 2026, lo que limitará aún más su capacidad para invertir en servicios públicos y medidas de protección social de calidad para su ciudadanía.
Ghana actualmente recibe el 40 % de la financiación climática en forma de préstamos, a pesar de encontrarse también en alto riesgo de sobreendeudamiento. En 2019, Ghana destinaba 55 veces más fondos a pagar deuda que a agricultura. Este país también está planeando un recorte presupuestario de 23 300 millones de dólares para 2026.

Oxfam Intermón considera que la financiación a países de África occidental debería centrarse en medidas para promover la adaptación, y no tanto la mitigación, dado que la región apenas contribuye a las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, existe un déficit del 82 % entre la financiación para la adaptación registrada en 2019 y las necesidades manifestadas por los países del oeste de África.

Chad, el país más vulnerable y menos preparado para hacer frente al cambio climático del mundo, registra el mayor déficit de financiación para la adaptación al carecer del 95 % de los fondos que precisará para ello para 2030 (1.620 millones de un total de 1700 millones de dólares).

Las conclusiones del informe son aún más alarmantes si se tiene en cuenta que el hambre está aumentando en la región a un ritmo sin precedentes, en gran parte debido a las sequías que cada vez son más frecuentes y graves debido a la escasez e imprevisibilidad de las precipitaciones. Entre marzo y mayo de 2022, se produjo un aumento del 154 % en el número de personas que padecen inseguridad alimentaria en comparación con la media de los últimos cinco años (2017-2021).

"Pedimos a todos los donantes que incrementen de forma urgente la financiación climática y respeten los compromisos asumidos. Estos fondos deben desembolsarse en forma de subvenciones, no de préstamos, y deben responder a las prioridades y las necesidades de adaptación de los países y las comunidades receptoras", subraya Martin.

Las recomendaciones del informe apoyan la reciente declaración firmada por las dos docenas de líderes africanos que se reunieron a principios de este mes en un foro de El Cairo, en el que urgieron a los países más ricos a cumplir con sus promesas de ayuda para que el continente pueda hacer frente a los efectos del cambio climático del que apenas ha sido responsable.

El informe se publica con motivo de la partida de las caravanas ciudadanas organizadas por un centenar organizaciones de la sociedad civil africana –entre ellas, Oxfam– y que atravesarán 23 países del continente hacia Egipto. Las caravanas por el clima tienen como objetivo movilizar en su marcha a comunidades y responsables políticos con el fin de llamar la atención sobre los daños que el cambio climático está provocando en África y exigir más justicia en forma de financiación climática.

"Conforme las temperaturas en África ascienden, aumenta la insatisfacción de las poblaciones. Hoy, personas de todo el continente se unen para exigir más justicia climática. La comunidad internacional, y los donantes ricos en concreto, deben atender con urgencia sus demandas", dice Martin.

Notas para edición:

 

  • La financiación climática proporcionada por los donantes internacionales en 2019 (2500 millones de dólares) representa tan solo el 12,7 % del promedio anual de fondos necesarios que los países de África occidental incluyeron en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) para el periodo 2021-2030. No obstante, si se tiene en cuenta la asistencia neta específica para el cambio climático (CSNA, por sus siglas en inglés), la actual financiación pública que puede considerarse relevante para la adopción de medidas para combatir los efectos del cambio climático descendería al 7,1 % de la media de necesidades anuales entre 2021 y 2030, lo que supone un alarmante déficit de financiación climática del 92,9 %. La CSNA es una herramienta diseñada por Oxfam para calcular la financiación climática de forma más equitativa en comparación con las herramientas que usan actualmente los donantes. La CSNA incluye el 100 % de las subvenciones, así como la cuantía equivalente al resto de préstamos, garantías y otros instrumentos de deuda.

 

 

 

  • Siga las caravanas por el clima en África que atravesarán 23 países africanos (Senegal, Benín, Níger, Ghana, Nigeria, Mali, Burkina Faso, Chad, Kenia, Uganda, Etiopía, Costa de Marfil, RDC, Gambia, Guinea, Malawi, Mauritania, Mozambique, Sudáfrica, Sudán del Sur, Togo, Zambia, Zimbabue y Somalia) y llegarán a Sharm el Sheikh (Egipto) a tiempo para la conferencia mundial sobre cambio climático (COP 27) que tendrá lugar del 7 al 18 de noviembre de 2022. Estas caravanas tienen como objetivo difundir las demandas de la población africana, especialmente las de las mujeres y la juventud, en cuanto a financiación climática (daños y pérdidas, adaptación y mitigación). Han sido organizadas por organizaciones de la sociedad civil como Young Volunteers for the Environment (YVE), la alianza internacional de ONGD católicas CIDSE, y cientos de organizaciones más, con el apoyo de Oxfam.
  • De acuerdo con Government Spending Watch, en Ghana, en 2019, los fondos públicos destinados al pago de la deuda (externa e interna) supusieron el 75 % de los ingresos gubernamentales, representando la deuda doméstica dos tercios del total.

 

 

  • Aunque algunos de los préstamos son de carácter concesional, Oxfam se muestra aún más preocupada por la elevada prevalencia de la financiación no concesional en algunos donantes, entre ellos el Banco Africano de Desarrollo (454 mill. de dólares; 43 % del total), Estados Unidos (308 mill. de dólares; 39 % del total), el Fondo Verde para el Clima (229 mill. de dólares; 73 % del total), Francia (167 mill. de dólares; 13 % del total) y el Banco Europeo de Inversiones (137 mill. de dólares; 68 % del total).

 

 

  • De acuerdo con estimaciones basadas en las bases de datos del Banco Mundial, una persona que vive en África occidental tan solo emite 0,43 toneladas de CO2 al año. Comparativamente, una persona que vive en Estados Unidos emite 15,2 toneladas, siendo la media mundial 4,5 toneladas.

 

JESSICA ROMERO

Periodista - Departamento de Comunicación