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FAQS

Gestión de los páramos en Ecuador

Oxfam Intermón dejó de trabajar en Ecuador en 2016, después de 30 años con presencia en el país. Estos testimonios fueron recogidos en 2009.

Uno de los problemas más significativos que afecta la vida del campesinado ecuatoriano es la gran inequidad en la propiedad de la tierra, lo que influye directamente en el acceso desigual al agua de riego. La mayoría de concesiones actuales de agua han ratificado los viejos privilegios otorgados a las haciendas en los terrenos de más fácil cultivo, y relegado los remanentes o vertientes lejanas de las zonas más altas a las comunidades. Las organizaciones campesinas han creado la coordinadora cantoral de Páramos y Agua para elaborar una política local que reconozca el esfuerzo y los derechos de las comunidades con igualdad, y conciencie sobre la importancia de proteger el ecosistema.

(c) Ricardo Landetta/ Oxfam

En los páramos, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, hombres y mujeres producen papas, habas y cebollas. Estas 'mingas' -largas jornadas de trabajo colectivo- son comunes en los Andes donde mujeres y hombres sobreviven de la actividad agrícolo-ganadera.

(c) Ricardo Landetta/ Oxfam
El programa

Por una producción agropecuaria favorable

Campesinos ecuatorianos (c) Luís Camacho/Oxfam IntermónHa sido y está siendo un largo proceso de lucha el desarrollado por las comunidades campesinas para conseguir agua para sus cultivos, tanto a nivel de gestiones judiciales como a través del trabajo comunitario para mejorar la infraestructura de riego y su organización. Cada comunidad en el cantón Cayambe por ejemplo, cuenta con una sentencia de adjudicación, otorgada por el Estado, que le garantiza el uso del agua. Un problema adicional constituye el deterioro de las fuentes hídricas y la reducción de caudales. Pero en época seca, las comunidades llegan a obtener apenas la mitad de agua de lo establecido en la sentencia.

Bajo estas condiciones y sin ningún tipo de inversión, la producción del campesinado es muy baja y su falta de rentabilidad no les incentiva para intensificarla. Esto constituye uno de los factores que impulsa a  los miembros jóvenes de la familia (hombres y mujeres) a emigrar.

Apuntamos a fortalecer su capacidad de auto subsistencia y, además, generar excedentes orientados a la comercialización. De esta forma, se podrán mejorar los ingresos económicos familiares, en especial de las mujeres, quienes en su mayoría trabajan en las huertas, y a la vez, fortalecer la vida comunitaria y contribuir a una mejora del medioambiente de la zona.

Una de las estrategias para lograr este resultado se basa en un proceso de recuperación de la capa arable de los suelos para la producción. Por otro lado, se pretende demostrar la optimización del uso del agua mediante sistemas comunitarios de riego por aspersión, para evitar pérdidas de agua en la conducción, distribución y aplicación, así como también reducir la erosión de los suelos cultivados. De esta manera, se incorporaría además, a la producción familiar, suelos que actualmente no son utilizados ampliándose también la superficie regada.

Rosa Lanchimba

"El agua nos da vida más vida para producir"

Rosa Lanchimba, campesina. (c) Ricardo Landetta/Oxfam"Lo que tenemos nosotros arriba en esa montaña, es lo que nosotros hemos estado cuidando. Sembramos las plantas nativas y el agua llega hasta aquí. Con ella sembramos las papas, hortalizas, cebollas, ají, todo eso, incluso nos alcanza para darle a los animales. Nosotros siempre utilizamos el agua, el agua nos da más vida para producir. Estamos unidos, todos trabajamos, no sólo el padre de familia. En la comunidades, cuando participa bastante gente, trabajamos más y más rápido.

"Las mujeres creo que tenemos bastante más trabajo. Solemos estar en la casa, ir a sesiones, ir a mingas, reuniones escolares, el colegio. En el campo sembramos las papas, picamos la tierra, fumigamos, regamos. Las mujeres tenemos la misma capacidad que los hombres, quizás, con los días, algunas mujeres seremos iguales. Nosotras tenemos más capacidad, los hombres claro que son comuneros. Sólo cuentan con los hombres y van a trabajar con los hijos; los días sábados vienen a ayudar, pero durante media semana debemos estar nosotras, presentes en todo".

Segundo Pujota

"Hemos llegado a un límite de la frontera agrícola"

Segundo Pujota, campesino. (c) Ricardo Landetta/Oxfam"Es preocupante para mí ver en estos momentos tanta tristeza, sobre todo la madre naturaleza. Hemos tenido grandes cantidades de agua que han abastecido a las haciendas de estas zonas. Necesitamos ir haciendo un eco de conciencia, vayamos haciendo un mensaje, portavoces para nuestros hijos e hijas  y para los demás, porque si nosotros tal como venimos trabajando en mingas para sembrar una hacienda para cosechar, también hagamos minga para cuidar la madre naturaleza y el medio ambiente. Sobre todo con la amenaza del calentamiento global que todos conocemos; de aquí a unos 10 o 15 años cada vez serán más escasos los recursos hídricos, luchemos juntos cogidos de las manos, instituciones, ONGs, municipios, consejos provinciales y el gobierno nacional, los primeros portavoces seamos las comunidades donde palpamos las realidades.

"Primero aprendamos a cuidar para seguir concesionando o para seguir fortaleciendo la frontera agrícola. Hay un límite que debemos respetar para que los páramos sean conservados, para que la agricultura sea trabajada orgánicamente, hemos llegado a un límite de la frontera agrícola. No abusar del páramo porque mañana, más tarde, nos quedaremos sin agua".

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