La crisis de la desigualdad crece y surge un nuevo multimillonario cada dos días
El G7 fomenta activamente la desigualdad, en sus estados miembros y en el mundo, según denuncia la organización Oxfam Intermón con motivo de la cumbre de Biarritz, Francia. Bajo el liderazgo del presidente de Francia, Emmanuel Macron, el G7 de este año se presenta, según la ONG, lleno de hipocresía y de palabras vacías, especialmente por la exclusión de la sociedad civil de la cumbre.
En el documento "Los pecados capitales del G7", publicado hoy, Oxfam Intermón expone los siete temas clave sobre los que debe actuar el G7 si la cumbre de Biarritz quiere ofrecer medidas concretas para abordar la desigualdad.
"El G7, cuyos países poseen la mitad de la riqueza mundial, habla de los peligros de la desigualdad, pero alienta ese sistema desigual al permitir que los súper ricos controlen la política, al infra financiar los servicios públicos y la ayuda internacional, al rebajar impuestos a la riqueza y a las empresas, y al alimentar el cambio climático y el sexismo”, según Cécile Duflot, directora de Oxfam en Francia.
La crisis de la desigualdad crece y surge un nuevo multimillonario cada dos días, según denuncia Oxfam Intemón. La división entre los que tienen y los que no tienen provoca el aumento del populismo y la ruptura de la confianza en la política en todo el mundo. La desigualdad impide que millones de personas salgan de la pobreza.
Oxfam describe en el informe cómo los gobiernos del G7 están alimentando la desigualdad en sus países y en todo el mundo al no implementar sistemas fiscales progresivos y en su lugar adoptar prácticas fiscales perjudiciales que favorecen a las personas y empresas más ricas, al tiempo que socavan la capacidad de los países en desarrollo de aumentar los ingresos fiscales para luchar contra la pobreza y la desigualdad. También están recortando fondos para servicios públicos como educación, atención médica y protección social, así como para ayuda internacional.
El G7 de este año se presenta, según la ONG, lleno de hipocresía y de palabras vacías
En esta esta economía desigual, el peso recae principalmente en las personas pobres y en las mujeres y las niñas. El G7 no está haciendo lo suficiente para reducir las emisiones o ayudar a los países pobres a adaptarse para soportar la carga y el coste de la emergencia climática.
“Los gobiernos del G7 han ayudado a crear la crisis de desigualdad, ahora tienen la responsabilidad de compensar sus actos y ser parte de las soluciones. Como líderes de un mundo en crisis, deben adoptar políticas y prácticas urgentes para hacer una economía más humana y defender reformas similares en todo el mundo”, dice Duflot.
Oxfam insta a los líderes del G7 a comenzar asegurándose de que las personas y empresas más ricas paguen su cuota justa de impuestos, y a que éstos se inviertan en servicios sociales públicos como sanidad y educación, y en más y mejor ayuda a los países en desarrollo. Deben mostrar el camino hacia un modelo de negocio más justo donde las ganancias y el poder se distribuyan mejor entre accionistas y trabajadores, mediante medidas como exigir a las empresas que publiquen información sobre las desigualdades salariales, sobre la brecha salarial de género o sobre la relación entre el salario de los directivos y el de los trabajadores y trabajadoras.
El G7 debe reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para llegar a cero antes de mediados de siglo, y movilizar los 100 mil millones de dólares anuales prometidos para 2020 con el fin de apoyar la acción climática en los países en desarrollo.
“Los líderes del G7 tienen que elegir entre un futuro y una dignidad más brillantes y sostenibles para todas y todos nosotros o una riqueza extrema para unos pocos. Entre salud para todos o más riqueza para los ya inmensamente ricos. Queda por ver si los líderes mundiales tienen lo que se necesita para hacer lo correcto para todas las personas, no sólo para las más ricas”, concluye Duflot.
Periodista
Oxfam Intermón es miembro de la confederación internacional Oxfam.