Sudán hace frente a una de las mayores crisis de desplazamiento, seguridad alimentaria y niñez del mundo. Más del 20 por ciento de la población de Sudán ha huido de su hogar debido a la guerra en curso, ya sea interna o transfronteriza.
La situación es crítica. Antes de que estallara el conflicto en Sudán, ya lo era terrible en los países vecinos. Más de la mitad de la población de Sudán del Sur (9,4 millones de personas) y la República Centroafricana (3,4 millones de personas) se enfrentan al hambre extrema y necesitan asistencia urgente, ya que sufren los impactos de su propio conflicto, el cambio climático y el desplazamiento.
En la República Centroafricana, a donde llegaron recientemente casi 10.000 sudaneses, los precios de algunos alimentos básicos como el azúcar y el mijo se han duplicado, porque el transporte y el comercio se han visto gravemente perturbados.
De manera similar, en el este de Chad, el número de persona refugiadas sursudanesas sigue aumentando en el este del país. Se estima que han llegado más de 329.000 personas, entre ellas el 88% mujeres y niños y el 21% personas con necesidades específicas.
Además, la financiación para cubrir las necesidades humanitarias de las personas afectadas por esta crisis es muy escasa: hasta la fecha sólo se ha atendido el 20 por ciento de los llamamientos de la ONU para Sudán del Sur, la República Centroafricana y Chad combinados. Pedimos a los donantes que cubran de inmediato el déficit de financiación de la ONU para ayudar a las organizaciones humanitarias a montar respuestas dentro de Sudán y en los países vecinos que acogen a personas refugiadas.
