Pide al Gobierno que incremente los fondos destinados a la ayuda humanitaria
26/06/2025

La riqueza del 1% más rico se dispara en más de 33,9 billones de dólares desde 2015 mientras el mundo se aleja de alcanzar los objetivos de desarrollo

  • Oxfam Intermón denuncia la hegemonía del capital privado en el desarrollo global, mientras 3.700 millones de personas continúan sumidas en la pobreza una década después de que se acordaran los Objetivos de Desarrollo Sostenibles
  • Un nuevo análisis de Oxfam Intermón evidencia que, a nivel global, entre 1995 y 2023, la riqueza privada se incrementó en 342 billones de dólares, ocho veces más que la riqueza pública.
  • La organización también denuncia los mayores recortes a la cooperación internacional desde que hay registros. Podrían causar 2,9 millones de muertes adicionales por el VIH/sida en los próximos 5 años.
  • Oxfam Intermón urge a que los países comprometidos den un paso adelante para anteponer lo público frente a los intereses privados impulsando coaliciones estratégicas que acaben con las desigualdades, revitalicen la cooperación internacional y avancen en una mayor tributación sobre los ultrarricos.
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Participantes en una escuela agrícola financiada por Oxfam Intermón en Lilongwe, Malaui. Foto: Colin Carey/Oxfam

 

Un nuevo análisis de Oxfam Intermón apunta a que la riqueza del 1% más rico se ha incrementado en más de 33,9 billones de dólares en términos reales desde 2015. Con esta cantidad se podría poner fin a la pobreza anual 22 veces, si consideramos al umbral de pobreza más alto establecido por el Banco Mundial de 8,3 dólares al día. La riqueza conjunta de los 3.000 milmillonarios del planeta se ha disparado en 6,5 billones de dólares en términos reales desde 2015, y equivale ya al 14,6% del PIB mundial.

 

El informe “Del beneficio privado al poder de lo público: Financiar el desarrollo, no la oligarquía” se publica hoy el con motivo de la 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo que dará comienzo el próximo 30 de junio en Sevilla y en la que estarán representados más de 190 países.

 

Los países más ricos están aplicando los mayores recortes de la historia a la ayuda oficial al desarrollo, desde que se iniciaron los registros en 1960. El análisis de Oxfam Intermón concluye que en 2026 los países del G7, que representan aproximadamente tres cuartas partes de toda la ayuda oficial al desarrollo, recortarán en un 28% su aportación en comparación con 2024.

 

Además, la crisis de la deuda está llevando a la bancarrota a numerosos gobiernos del Sur Global. El 60% de los países de renta baja está al borde de una crisis de deuda, obligando a los países más pobres a destinar muchos más recursos a pagar los intereses a acreedores ricos que a invertir en educación o sanidad pública. Si no cambia nada, apenas el 16% de las metas establecidas en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles se cumplirán para 2030.

 

Este nuevo análisis de Oxfam Intermón pone el foco en el fracaso de un modelo de financiación del desarrollo que ha girado en torno a un “consenso” sobre papel de la inversión privada, esencialmente del Norte Global, Pero la última década ha mostrado que es un modelo ineficaz, que ha generado múltiples impactos negativos y apenas ha logrado movilizar recursos adicionales. Asimismo, el informe destaca el pernicioso papel de los acreedores privados, que representan ya cinco veces más que el peso de los acreedores bilaterales y concentran más de la mitad de la deuda de los países de renta media y baja, exacerbando la crisis derivada con sus condiciones punitivas y sus negativas a negociar.

 

"La conferencia de Sevilla tiene que revertir el fracaso estrepitoso de este modelo de desarrollo internacional”, dice Franc Cortada, director general de Oxfam Intermón. “Se está fraccionando el multilateralismo mientras se da prioridad a los intereses de unos pocos superricos sobre los del conjunto de la población mundial. La solución frente a la pobreza y la desigualdad no está en Wall Street sino en más inversión pública en salud, educación o vivienda. Y los recursos para garantizarlo tienen que venir de donde está el dinero, así de simple, con más impuestos a los superricos”.

 

Oxfam Intermón demuestra que entre 1995 y 2023 la riqueza privada se incrementó en 342 billones de dólares, ocho veces más que la riqueza pública, que tan sólo aumentó en 44 billones. En términos relativos, el peso de la riqueza pública global disminuyó con respecto a la riqueza total durante ese periodo.

 

La organización urge a los gobiernos a una mayor voluntad política que impulse un cambio de rumbo contra la desigualdad extrema y permita transformar el sistema de financiación para el desarrollo:

 

  • Frente al unilateralismo, nuevas alianzas estratégicas de países comprometidos en acabar con la desigualdad extrema. Los gobiernos deben unirse y formar nuevas coaliciones para avanzar incluso sin consensos generalizados. Países como Brasil, Sudáfrica y España ya están asumiendo un liderazgo a nivel internacional, y la nueva alianza global contra la desigualdad promovida por Alemania, Noruega, Sierra Leona y otros países es un buen ejemplo al que otras naciones se pueden sumar.

 

  • Anteponer lo público y rechazar el “Consenso de Wall Street”. Los gobiernos deben rechazar la idea de la financiación privada como "panacea" para financiar el desarrollo. Deben en cambio apostar por un modelo de desarrollo desde lo público para garantizar servicios universales y de calidad en salud, educación y cuidados, o en bienes públicos en sectores como la energía y el transporte.

 

  • Reinventar la financiación al desarrollo: impuestos a los ultrarricos, revitalización de la ayuda, reforma de la arquitectura de la deuda y diseño de indicadores que vayan más allá del PIB. Los donantes del norte global deben revertir de manera urgente los catastróficos recortes a la ayuda y cumplir con el objetivo de destinar un mínimo del 0,7% de su renta nacional. Los gobiernos deben apoyar los esfuerzos centrados en la nueva iniciativa de las Naciones Unidas para la deuda, así como respaldar la convención fiscal de las Naciones Unidas, siguiendo el ejemplo de Brasil y su propuesta en el marco del G20 de aplicar nuevos impuestos a las personas con una elevada riqueza neta.

 

“Llegamos a Sevilla con recortes brutales de la ayuda al desarrollo, una concentración de la riqueza cada vez mayor y unos niveles de deuda en manos privadas que literalmente mata a la gente porque sus gobiernos no pueden dedicar suficiente a salud o servicios básicos”, dice Cortada. “Tenemos que salir de aquí con una nueva agenda que revierta el fracaso de unos objetivos de desarrollo que son ya papel mojado apenas diez años después de su adopción.

 

Notas para la edición: 

Nuevo informe de Oxfam “Del beneficio privado al poder de lo público: Financiar el desarrollo, no la oligarquía” disponible para descarga aquí.

 

Una nueva encuesta de opinión de Oxfam Internacional junto con Greepece realizada a nivel global, recoge que 9 de cada 10 personas encuestadas está a favor de aumentar la inversión en financiación de servicios públicos y acción climática a través de una mayor tributación de los superricos. La encuesta fue realizada por la compañía Dynata entre mayo y junio de 2015 en Brasil, Canadá, Francia, Alemania, Kenia, Italia, India, México, Filipinas, Sudáfrica, España, Reino Unido y Estados Unidos. Estos países representan aproximadamente la mitad de la población mundial. Contó con unos 1200 encuestados por país y un margen de error de +-2.83%. Los resultados están disponibles en este enlace.

 

 

Análisis de Oxfam Intermón de los recortes históricos a la ayuda al desarrollo y su impacto en las personas más pobres disponible en este enlace y en este. Estudio de The Lancet sobre el impacto de los recortes de la ayuda en la lucha contra el VIH/sida. sobre el impacto de los recortes de la ayuda en la lucha contra el VIH/sida.

 

El coste de poner fin a la pobreza se ha estimado en función del coste anual que supondría en 2024 acabar con la situación de pobreza durante un año de las más de 3700 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza establecido en 8,30 dólares al día según el Banco Mundial. El aumento de la riqueza del 1% más rico desde 2015 sería más que suficiente para cubrir este gasto 22 veces. En otras palabras, esta cantidad sería suficiente para erradicar la pobreza anual durante 22 años. Este cálculo es sólo indicativo puesto que el coste de acabar con la pobreza es probable que disminuya durante los próximos 22 años puesto que el número de personas en situación de pobreza se reducirá. Por el contrario, el valor de dicha riqueza se incrementaría puesto que esta no se gastaría de golpe sino de forma progresiva. En cualquier caso, este símil demuestra cómo más riqueza –ahora en manos de unas pocas personas– podría destinarse a acabar con la pobreza en lugar de engordar las fortunas de los más ricos. Para más información sobre las estimaciones realizadas, ver el informe.

 

Oxfam ha organizado junto al Club de Madrid un evento de alto nivel entorno a las propuestas de este informe que tendrá lugar el 1 de julio de 2025 a las 19:00 horas en Sevilla, y en el que participarán varios representantes gubernamentales. Se invita a la prensa a participar y plantear sus preguntas. Registro disponible aquí

 

 Además, Oxfam también ha organizado un evento oficial paralelo sobre desigualdad y la tributación de los superricos el 1 de julio de 2025 a las 14:30 horas en la sala 20 del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla - Fibes en el que participarán representantes gubernamentales de alto nivel de Brasil, España y Sudáfrica, además de otras organizaciones internacionales y expertos. Ver información al respecto aquí.

MARÍA JOSÉ AGEJAS

Periodista - Departamento de Comunicación