15.04.2013
Estudio
Acción Humanitaria-
Desastres Naturales-
Resiliencia y Medios de Vida
En 2012, el Sahel volvió a verse golpeado por otra devastadora crisis alimentaria que afectó a más de 18 millones de personas. Los gobiernos de la región, los donantes y las organizaciones humanitarias estaban decididos a evitar los errores cometidos en la respuesta a crisis anteriores. Y, si bien consiguieron mejorarse muchos aspectos, todavía hubo deficiencias en algunos factores clave. Las familias y comunidades más pobres fueron las que más sufrieron, ya que unas desigualdades largamente establecidas les hicieron especialmente vulnerables. Mientras seguimos atendiendo las enormes necesidades humanitarias y de recuperación en la región, debemos aprender de la respuesta de 2012 y desarrollar un nuevo modelo que nos ayude a mejorar la prevención y gestión de futuras crisis. El impulso creciente que rodea al concepto de resiliencia ofrece un potencial considerable para lograrlo, pero es necesaria la actuación conjunta de todos los actores para pasar de las palabras a los hechos de modo que se aporten mejoras duraderas para las comunidades más pobres del Sahel.