04.04.2013
Estudio
Acción Humanitaria-
Conflictos- Armas- Paz y Seguridad
En noviembre de 2011, miles de refugiados que huían de los bombardeos aéreos y la escasez de alimentos en el estado de Nilo Azul (Sudán) comenzaron a llegar al condado de Maban, en el estado de Alto Nilo de Sudán del Sur. La comunidad internacional y el Gobierno de Sudán del Sur apenas estaban preparados para cubrir las necesidades básicas de estas personas, que sufrieron por ello de forma innecesaria. Dieciocho meses después de que se iniciara la respuesta humanitaria, la situación de los refugiados sigue siendo precaria. De cara a la temporada de lluvias que comenzará en mayo, y dada la epidemia de hepatitis E, es necesario realojar a un mínimo de 25.000 refugiados; y las previsiones señalan que aún llegarán más. Si actúa de manera coordinada, la comunidad humanitaria puede evitar los errores del pasado y planificar los acontecimientos de hoy y del futuro. La ONU, el Gobierno de Sudán del Sur, las ONG y los donantes deben trabajar de manera conjunta para mejorar la calidad de la respuesta humanitaria y la rendición de cuentas a los refugiados y a las comunidades que les acogen.