17.01.2012
Estudio
Acción Humanitaria-
Conflictos- Armas- Paz y Seguridad-
Desastres Naturales
Todavía hay más de 13 millones de personas afectadas por la crisis en el Cuerno de África. A pesar de que existían claras señales de alerta temprana desde varios meses antes, la respuesta fue insuficiente, hasta que ya fue demasiado tarde. Los gobiernos, donantes, la ONU y las ONGs tienen que cambiar su manera de abordar las situaciones de sequía crónica gestionando los riesgos, no las crisis. Esto implicaría actuar según la información proporcionada por los sistemas de alerta temprana y responder sin esperar a tener la certeza de que se vaya a producir una crisis, así como abordar las causas profundas de la vulnerabilidad y reducir los riesgos en todas las actividades de forma activa. Para lograrlo, debemos superar la división entre acción humanitaria y desarrollo.